DÍA DE LA AMISTAD

Por fin llegó el día.
La emoción se palpaba en el ambiente, los alumnos estaban nerviosos, se pasaron la mañana preguntando cuando empezaba.
Y después del recreo, llegó.
La actividad ha resultado preciosa, es muy emocionante ver a los niños abrir sus cartas, leerlas y releerlas, y guardarlas con mucho más cuidado que lo hacen normalmente con el resto de sus cosas. Esas cartas son sus tesoros, y por eso las cuidan.
También resulta conmovedor ver a una niña leer la preciosa carta que le ha enviado su madre, le tiembla la voz mientras lo hace. Se emociona.
Y por supuesto, te llevas una gran alegría cuando, como maestro, recibes las cartas de tus alumnos.
Al final, creo que el objetivo se cumplió. Vivimos el día de la amistad como se tiene que vivir, con alegría y cariño. Esa alegría y ese cariño que solo puede salir cuando lo sacamos de los más profundo de nosotros mismos.
Y además, con esta actividad, nos damos cuenta que para demostrar el cariño que sentimos por alguien no es necesario hacer grandes regalos.
Un saludo a todos.